Me convierto en heroína. |
Una persona considerada normal suele hacerlo sólo cuando su trabajo no le permite hacer de día o porque tiene que prepararse para alguna reunión y no puede dejar nada sucio; bueno, yo considero que así es normal. Pero ¿qué sucede con nosotros los bipolares?. Nada, sólo despertamos quizá por la mañana o medio día intentamos al menos mantener la mirada fija y lograr levantarnos. Ok, así me pasa a mí. Durante todo el día estoy esperando que lleguen a mí las ganas sólo de mantenerme viva, es lo de siempre todo aburrido y sin sentido.
Tomo el medicamento y pienso que eso no sirve para nada que sería mejor desecharlo y olvidar si estoy o no enferma, obviamente no lo hago no me queda más que ingerirlo y ver si causa alguna diferencia en mí. Les seré sincera: hay momentos donde pierdo la fe en ese tratamiento ni Dios es suficientemente glorioso para curar mi pesar. La clave es la paciencia y no dejarse caer.
Y creo que como debe de ser el medicamento hace efecto o no hace nada y simplemente tengo un cambio de episodio, de sentirme tan miserable paso a tener mucha energía y ganas de hacer de todo (la limpieza, por ejemplo) y bueno ya todos se van a la cama a dormir o simplemente relajarse. En mi mente ahora hay mucha actividad y es entonces que mi cuerpo reacciona justo así. Ahora quizá tome una escoba para empezar pero si me llega más fuerte la manía probablemente quiera hasta cambiarme de casa. Realmente no he visto esta situación en mucha gente, sólo la que sé que tiene un trastorno igual o similar al bipolar.
Existe un ligero peligro en estás formas curiosas de comportamiento, la gente que termina haciéndolo exageradamente puede llegar a lacerarse o si es muy grave hasta mutilarse. Es por eso que hay que trabajar con el auto-control para no dañarnos y no asustar a nuestra familia o allegados.
Y bueno, los veo en la noche con escoba, trapeador y cubeta... ¡Juntos a limpiar!
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