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domingo, 19 de mayo de 2013

De la depresión a la manía


Despierto al medio día al recibir mensajes de algunos amigos. Me doy cuenta que no tengo motivo alguno para levantarme; no trabajo hoy, ni mañana, entonces ¿para qué despertar? Me llaman, contesto en automático y ni siquiera recuerdo lo que dije; colgamos y me doy la vuelta y sigo durmiendo, era mí padre queriendo saber cómo estoy. Es más que obvio que no estoy bien, no tengo ganas ni de respirar, abrir los ojos me cuesta tanto sólo déjenme dormir.

Me logro levantar casi a las 4 de la tarde, con todo el esfuerzo que existe en mí, me baño y me dispongo a salir por comida y algunos pendientes. Camino por las peligrosas calles de la ciudad y sólo logro escuchar mí iPod y un poco del tráfico. Nada, en verdad nada tiene sentido; todo es tan aburrido y me causa apatía. Regreso a mí casa y lo único que me viene a la mente es desaparecer y no volver nunca, llegan ideas de cómo hacerlo más fácil y ninguna me convence, para mí fortuna.

A veces sólo quisiera dejar de existir así nada más, sin tener que realizar alguna estupidez; simplemente quiero dejar de sentir, pensar y respirar. Todo lo que me rodea me abruma y me resulta innecesario; tirarme en el mueble y ver televisión suele ser la mejor opción, consumirme en vida. Llega el punto donde sinceramente no sé si sigo viva aún pues todo parece un sueño del que me urge despertar.



Más tarde, sin darme cuenta el hambre vuelve, la tele es divertida y me siento más tranquila. Pero no lo noto al instante sólo sigo “normal” y tratando de sobrevivir. Sigo mensajeándome con mis amistades y de repente recibo una llamada de un amigo y me dice “andas muy alegre” y bueno son la 1 de la madrugada y es entonces que entiendo que sí, ando muy alegre; y él y yo sabemos la razón sólo es un cambio de episodio, estaba tan deprimida deseando la muerte y ahora ando maníaca y con ganas de hacer de todo.

Así de raro es el trastorno bipolar. No es como cuando de repente lloras y luego ríes, es mucho más complejo; nadie lo entendería y quizá ofenda a alguien pero ningún psiquiatra sabe lo que es realmente este triste trastorno, bueno al menos que también padezcan.

Cabe mencionar que las manías también pueden ser hipomanías que son las más frecuentes y comunes. Técnicamente iguales pero con menor intensidad y por consecuente menos peligrosas.

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