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domingo, 25 de febrero de 2018

Cero a la izquierda

Toda la vida he sido una chica muy callada, la que se sienta al final del salón para que no la molesten, la que no habla, la que siempre mira el suelo, la que no nota nadie. Y antes funcionaba muy bien porque no tenía que rendir cuentas a casi nadie; hoy en día no es tan fácil ser yo misma, sólo por el hecho de que tengo que trabajar y ahí mismo interactuar con mucha gente que habla tanto y bueno yo debo hablar de igual forma; aunque sienta que no me escuchan, aunque sienta que no me miran y menos que me tomen en cuenta.



De verdad es tan difícil poder entablar conversaciones, cuando yo periferia estar encerrada en mí habitación sin ruido alguno pero no, yo necesito mí trabajo aunque yo sienta que nadie necesite de mí.

Todo el tiempo soy demasiado negativa, a pesar de hablar con la gente sigo sintiendo que lo que digo no sirve y que jamás pensaran algo bueno de mí; es imposible evitar sentirme miserable porque por más que lo intento no logro al menos tener una buena cara que ofrecer.

La mayoría del tiempo sólo escucho, sonrío y asiento con la cabeza, según yo con eso basta para que los demás vean que no tengo nada malo o que piensen que soy rara. Desgraciadamente considero que con eso es más que suficiente para que crean que de verdad tengo algo distinto que me hace ser así de callada, ese es mí mayor temor; que la gente comience a indagar del por qué soy así o sí tengo algo que me hace así, soy demasiado paranoica y mejor escondo cualquier sentimiento; al menos lo intento... Lo peor que me ha pasado es ponerme algo histérica frente a varia gente y hablar bastante alto; es por eso que prefiero guardarme todo que para mí desgracia después estoy toda estresada y no puedo dormir, pensar y mucho menos estar en paz.

Es obvio que necesito algún pasatiempo para controlar mis emociones pero pues también es obvio que no tengo ganas de seguir, de sobresalir, de salir, de conocer, de vivir...

DESEO DEJAR DE SER ESE CERO A LA IZQUIERDA QUE NADIE QUIERE A SU LADO POR ESAS MALAS VIBRAS QUE TRASMITO. Estoy consciente de que todo es pasajero y aún cuando no he podido cambiar nada de mí personalidad, deseo que los demás no sospechen nada, que no se sientan ofendidos y mucho menos que piensen que los odio.



viernes, 20 de mayo de 2016

Una noche más...

Hace mucho publiqué una entrada sobre mí psicosis nocturna, que es cuando pasó toda la noche despierta pensando e ideando tonterías. Ahora, justo ahora no he podido dormir. Toda mí vida adulta he padecido el maldito insomnio y por más cansancio que tenga simplemente no puedo relajarme y descansar. Últimamente le echo la culpa a las guardias nocturnas de mí esposo, él también es enfermero y trabaja de noche en el hospital, lo que a mí me afecta exageradamente; casualmente cuando él duerme conmigo logro dormir muy bien y descanso un poco mejor.

Una compañera me comentó que le pasa algo similar, que cuando su esposo no llega a estar para dormir tampoco puede conciliar el sueño. Y que es normal porque uno se acostumbra a dormir acompañado. Y pues como técnicamente soy nueva en esto de compartir la cama pensé que era mí enfermedad; aunque déjenme decirles que  también me ha pasado con él a mí lado, ahí es cuando sé perfectamente que sí es culpa de mí manía bipolar.

Es peor cuando pasa y mí esposo está aquí, que triste querer platicar y no poder, querer abrazarlo y a la vez no querer. Muchas veces siento entre rabia y celos porque él logra dormir y yo no, no es su culpa pero cuando deseas tanto algo y no lo consigues simplemente te desesperas y piensas estupideces; la mayor parte del tiempo quisiera no pensar pero en circunstancias así vienen a la mente pensamientos exagerados y tontos.

Quisiera lograr descansar todos los días, también quisiera poder dormir siempre con él pero las responsabilidades son prioritarias y yo me paso a joder intentando dormir sola.

Hoy es 'una noche más' en la que el sueño se olvidó de mí y tuve que pasar la noche despierta esperando que él regrese, lastima que entro a trabajar a mediodía.


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martes, 12 de noviembre de 2013

Olvida compromisos

Esto de olvidar compromisos le pasa a cualquiera, aunque la mayoría de las personas anotan lo pendiente hasta llevan agendas y gente especial que se dedica a recordarles la infinidad de compromisos pendientes y más. Y bueno, que tantos compromisos puedo tener yo siendo una persona solitaria, amargada y hasta pedante... Pues aunque no lo crean sí los tengo, el problema no es que los olvide porque sinceramente tengo una memoria muy buena; simplemente no estoy de humor la mayoría del tiempo. Prefiero estar sola en mi casa escuchando música, viendo alguna película, limpiando o sólo tirada en mi cama sin necesidad de intentar entablar conversaciones que no quiero ni necesito, yo no me siento capaz de fingir atención a quien no se la quiero dar. Es más fácil decir, lo olvidé a no puedo; es muy cruel porque a veces cuentan con mi presencia pero no es que no me simpaticen sólo no me siento agradable para ellos.

Es preferible no ir, porque cuando he asistido a esos compromisos sin querer es bastante feo. Durante las horas que dure el evento es como si fuera un objeto inerte, no hablo, no me muevo, no hago nada. La gente comienza a preocuparse y preguntan si tengo algo, me siento bien y es súper incomodo porque ni siquiera esas preguntas quiero responder. Me imagino que no es nada agradable para nadie que me esté viendo, así que mejor no voy ni iré si no me siento feliz y con ganas de conocer gente y socializar.

Todo esto se debe tanto a la enfermedad y también a mi personalidad, pero es que la mayor parte de mi vida vivo en depresión por lo tanto salir no es mi prioridad; llego a salir pero completamente sola y se me hace más divertido porque escucho la música que quiero, voy por el camino que se me antoja y hago lo que más me plazca.

Así que si están pensando invitarme a salir... Olvídenlo, no iré o bueno quizá lo olvide.

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Dulce agonía

martes, 23 de abril de 2013

Soledad extrema


Esto de querer ser independiente está siempre de moda en adolescentes y adultos jóvenes; pero ¿en realidad eso deseamos? Sí y no; desgraciadamente muchos lo deseamos, salir de casa, dejar a nuestros seres más cercanos para poder tener libertad total de nuestro actos y decisiones; algo me ha enseñado ahora que estoy sola en una ciudad lo suficientemente lejos de mi hogar, no me gusta estar así de sola. Porque no hay con quien convivir, platicar, comer, ver tele, pelear, o simplemente alguien que esté a tu lado haciéndote compañía.

Yo deseaba con toda el alma salir de mi casa y vivir “independientemente” pero luego me di cuenta de que para mí no es tan divertido, suelo recaer más que cuando tengo a mi familia y en ocasiones me da miedo porque suelo intentar terminar con esto de una forma muy radical lo que no es nada correcto.

Lo complicado es la impotencia que tengo cuando se presentan situaciones donde se originan discusiones a distancia y bueno, no me queda más que morderme los labios y llorar. Porque no tengo el poder de salir corriendo y arreglar todo con un abrazo. Lo único que quisiera es tener cerca a esa persona especial y de momento no es posible. No tengo otra opción más que intentar ser fuerte y seguir mi camino tal cual.

La gente que supuestamente es normal, opta por salir a divertirse, conocer mucha gente, socializar y sobrellevar todo esto más fácil; pero si me encuentro en una ciudad peligrosa, no me gusta salir mucho, me es casi imposible socializar… ¿Qué me queda? Pues no mucho la verdad, debo enfocarme en mí y sólo en mí; pasar los días sólo trabajando, llegar a casa, cocinar, limpiar y bueno quizá salir a comprar alimentos a caminar por las calles mientras no sea una hora inapropiada de lo contrario me arriesgaría mucho. Todo esto es tedioso al estar sola, no es como cuando me aburro en mi casa y hablo con alguna amistad, salimos aunque sea a dar la vuelta; eso no existe aquí y menos para mí.

Lo malo es que suelo caer en la rutina y para mí las rutinas son mortales, literalmente. Una vez que ya nada tiene sentido todo se torna aburrido y tedioso; es cuando comienzo con ideas destructivas y nada buenas.

Pero hay formas de intentar sobrellevar esto; como por ejemplo:
  1. Trabajar: El trabajo nos mantiene ocupados y en la mayoría de los casos no deja cansados así ya no pensamos en algo que pueda hacernos daño.
  2. Salir de paseo: Pasear despeja la mente, si puedes conseguir compañía segura mejor; porque hacerlo sólo es bueno pero acompañado mucho mejor.
  3. Ver televisión: La televisión a veces es estúpida o al menos los programas pero ayudan a distraer la mente y mantenernos bien.
  4. Cocinar e idear comidas para el resto de la semana: Eso es muy útil porque nos mantenemos ocupados y alimentados.
  5. Buscar un pasatiempo: En una ciudad lejana y trabajando quizá resulte complicado, a mí me sirve mucho leer; la imaginación vuela y agilizamos nuestra mente. Busca algo que te ayude a distraerte, quizá un juego de video, juego de mesa, etcétera.
  6. Escuchar música: Me gusta mucho escuchar música, así que esta última vez le pedí un reproductor de música a mi hermana para poder escuchar a todo volumen mi música preferida y me hace sentir cómoda.
  7. Limpieza: Bueno en este caso es limpieza del hogar, mantener ordenado y limpio nos hará sentir bien, porque si vivimos en el desorden nuestra mente estará igual.
  8. Mantener tu hábitat agradable: Siempre hay que tener nuestra casa con buena ventilación, buena iluminación y un ambiente lleno de armonía.
Bueno, creo que son los consejos que puedo dar para aquellos que estén lejos de su hogar y se sientan tan solos como yo.

Por ahora es todo, ojalá no se sientan tan mal como yo. Y a continuar que la vida sigue y sigue.

Aquí System of a Down cantándonos sobre la soledad:


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