Toda la vida he sido una chica muy callada, la que se sienta al final del salón para que no la molesten, la que no habla, la que siempre mira el suelo, la que no nota nadie. Y antes funcionaba muy bien porque no tenía que rendir cuentas a casi nadie; hoy en día no es tan fácil ser yo misma, sólo por el hecho de que tengo que trabajar y ahí mismo interactuar con mucha gente que habla tanto y bueno yo debo hablar de igual forma; aunque sienta que no me escuchan, aunque sienta que no me miran y menos que me tomen en cuenta.
De verdad es tan difícil poder entablar conversaciones, cuando yo periferia estar encerrada en mí habitación sin ruido alguno pero no, yo necesito mí trabajo aunque yo sienta que nadie necesite de mí.
Todo el tiempo soy demasiado negativa, a pesar de hablar con la gente sigo sintiendo que lo que digo no sirve y que jamás pensaran algo bueno de mí; es imposible evitar sentirme miserable porque por más que lo intento no logro al menos tener una buena cara que ofrecer.
La mayoría del tiempo sólo escucho, sonrío y asiento con la cabeza, según yo con eso basta para que los demás vean que no tengo nada malo o que piensen que soy rara. Desgraciadamente considero que con eso es más que suficiente para que crean que de verdad tengo algo distinto que me hace ser así de callada, ese es mí mayor temor; que la gente comience a indagar del por qué soy así o sí tengo algo que me hace así, soy demasiado paranoica y mejor escondo cualquier sentimiento; al menos lo intento... Lo peor que me ha pasado es ponerme algo histérica frente a varia gente y hablar bastante alto; es por eso que prefiero guardarme todo que para mí desgracia después estoy toda estresada y no puedo dormir, pensar y mucho menos estar en paz.
Es obvio que necesito algún pasatiempo para controlar mis emociones pero pues también es obvio que no tengo ganas de seguir, de sobresalir, de salir, de conocer, de vivir...
DESEO DEJAR DE SER ESE CERO A LA IZQUIERDA QUE NADIE QUIERE A SU LADO POR ESAS MALAS VIBRAS QUE TRASMITO. Estoy consciente de que todo es pasajero y aún cuando no he podido cambiar nada de mí personalidad, deseo que los demás no sospechen nada, que no se sientan ofendidos y mucho menos que piensen que los odio.