Actualmente llevo 3 años trabajando y jamás había necesitado una incapacidad por enfermedad y mucho menos por el Trastorno Bipolar. Durante mucho tiempo intenté estar bien, llegué a faltar de vez en cuando sólo en casos extremos donde mí mente se bloqueaba y ocupaba un leve descanso de esa vida aparentemente normal; pero llegó el día en el que ya no pude más. Así es, por más que quise despertar, salir de la cama, bañarme, comer algo y trabajar. Jamás sucedió, acumulé las suficientes inasistencias para que me buscarán en mí trabajo, llegó el punto donde ellos se preocuparon y tuve que salir de mí confortable burbuja para correr a aclarar todo. Créanme no fue nada sencillo, primero tener que escuchar regaños y que me cuestionaran. Sinceramente no voy a mentir, no sabía por donde empezar; ¿en que momento pasó todo esto? No tenía el valor de confesar que simplemente tuve una enorme recaída y nada me ayudaba a salir de ella. Era completamente vergonzoso, nadie sabía que esa compañera llamada Consuelo, la chica callada, tímida y a veces sonriente tenía una enfermedad mental; me las arreglé bien por tres años para evitar dar a conocer eso pero hasta el mejor actor a veces no puede con el papel.
Alguna vez mencioné que soy enfermera y obviamente trabajo en un hospital; tuve que visitar de manera urgente a la psiquiatra del mismo. Gracias a Dios ella es muy buena persona y bastante amable. Alguna vez comenté con ella mí padecimiento pero jamás la consulté y creo que ese fue mí error, estuve con el mismo tratamiento durante todo ese tiempo y bueno, ya no me funcionaba.
Afortunadamente, me atendió, me ayudó y técnicamente me obligó a irme de incapacidad. Digo que me obligó porque sinceramente ocupo trabajar y cuando nos dan incapacidad nos quitan bastante de nuestro salario normal. La ventaja fue que pude descansar y tolerar el nuevo tratamiento, el fin de la incapacidad era ese.
Todo esto ocurrió por vergüenza, por no querer que supieran que soy una enferma mental porque aunque no lo crean hasta en un hospital aún es un tabú y la gente habla despectivamente sin saber siquiera por qué te está viendo psiquiatría.
Otro día, otra oportunidad de conseguir la estabilidad.
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